Anda...
A. Sotomayor
Me pediste hace tiempo que te hiciera
una canción,
me pregunto que es lo que quieres que escriba
si es que apenas te conozco y aún no sé
como debiera de empezar a hablar de ti.
Te diría por lo menos que era extraño
cuando estábamos hablando hace un año
y comenzábamos a ver
que era inútil que intentáramos
saber lo que no estaba
y que de pronto nos volviera a oscurecer
en las palabras.
Y que me gustabas tanto
y estábamos haciendonos los tontos
con palabras que nada iban a cambiar;
tal vez no era el tiempo ni el lugar
o simplemente no eran formas
de empezar.
¡Anda...que más valga la canción
para decirte que me avivo
en tu silueta y tu verdad!
¡Anda...que diablos vas esperando
van 6 veces que te veo
y no quisiera que dejara de pasar!
Y ya me estoy acostumbrando
anda, si yo ye contara
que entre sueños te he tallado
más abajo de la espalda,
anda, y para que te lo sepas
me he tomado la costumbre de trazarte
encima de mi cadera.
Mujer
A. Sotomayor
Eva quién fuera según nos lo cuentan
la sepulturera de Adán y su edén,
de la honra del hombre por una manzana,
sus hijos traidores, Caín o Abel.
Juana de Arco esa bruja indecente
merece la hoguera, que limpie sus penas;
o Ana Bolena, maestra de amantes,
merece decapitación, por ser mujer,
merece la muerte.
Luego fue mi abuela, mayor que su esposo,
dos hijos nacido de otro matrimonio;
mi abuelo en deshonra en su propia familia
que fue acusadora, ¡traición!, juzgadora.
Teresa la chica de al lado,
tres hijos, su esposo vive embriagado,
un golpe ni Dios se lo quita,
ni una hija incestada y pregunto si:
¿Es que lo amerita?
Que te llaman puta si lo haces
antes de tu boda,
que eres imbécil, que cierres la boca
y que te vez más linda aguantanto los golpes
porque eres mujer
y llevas su nombre.
Te acusan mujer de incapaz
y siempre han luchado en hacerte ver mal,
que abras las piernas, traidora indecente,
tu lavas, tu cuidas, tu planchas;
mujer e inocente.
Mariana
A. Sotomayor
Si pudiera con tus manos
hacerme un collar de, cuentas,
anudarme cada línea a la piel
y anegarte entre razones y promesas;
destatuarte cada huella digital
y robarme el calor de tu tibieza,
seducirte cada pliegue, entre los dedos
y la prisa que no llevas.
Si pudiera con tus labios
encenderme una hoguera,
cocinarme tus mejillas
y de postre un beso por si te ausentas;
si pudiera en tu cabello eclipsar
la canción, el sol y las lluvias con niebla;
si pudiera con el brillo de tus ojos
alumbrarme tanta espera.
Si pudiera concentrar tu aroma en una cerveza,
si pudiera convertirte en acorde
e ir a tocarte cuando quiera;
si pudiera hacer estracto de tu piel
y tomarte por veneno o panacea.
Si pudiera hacer pedazos las distancias,
si pudiera hacer pedazos tu mente y mis ansias,
si pudiera destrozarte la mañana
en que yo te conocí...
...Mariana.